15/9/10

Desnudo

Por Wendy Marton


En un país donde se invertirá el próximo año US$ 5,1 millones al apoyo a la gestión científica, tecnológica, innovación y calidad y US$ 871,4 millones la Educación (que en este caso incluye un gran porcentaje de salarios), no es raro que la única paraguaya conocida en el mundo sea una modelo que ya se desnudó para tres revistas (argentina, brasileña y española) y al parecer lo seguirá haciendo por un tiempo para otras varias publicaciones, por el único mérito de haber exhibido un celular entre sus senos semidescubiertos.

Otro representante de la “raza paraguaya” es la selección de fútbol, que pasó por primera vez en su historia futbolística a cuartos de final en el Mundial Sudáfrica 2010, y quedó en el camino al ser eliminada por la actual campeona del mundo, España. De hecho cuando se comenzó tímidamente a hablar de Paraguay fue por la belleza de una atleta que compitió en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, más que por sus dotes de deportista. Ya pocos recuerdan que existe un solo equipo de fútbol, el Olimpia, que ganó tres copas Libertadores de América y una copa Intercontinental, pues hace diez años que ni siquiera gana un torneo casero.

¿Y qué más se conoce de Paraguay? La respuesta es que lo demás ya son puras noticias malas. Figura como país potencialmente peligroso en terrorismo, por formar junto a Brasil y Argentina un “paraíso” para terroristas en lo que se conoce como “la triple frontera” (conformada por la paraguaya Ciudad del Este, la brasileña Foz de Yguazú; y la argentina Puerto Iguazú); es conocido por ser uno de los mayores productores de cigarrillos que son exportados hacia el Brasil, por estar en la nueva ruta del narcotráfico, y un infinito etcétera de malas noticias.

Si bien la democracia se instaló hace 21 años, algunos males dejados por la dictadura de Alfredo Stroessner (presidente de la República en el periodo entre 1954-1989), persisten y hasta ahora fueron tímidos los ajustes que hicieron los gobiernos que lo sucedieron para cambiar la percepción que tiene el paraguayo de su país, y el extranjero de Paraguay.

El último gobierno colorado, de Nicanor Duarte Frutos, implementó algunas medidas que permitieron reformas en el Gobierno, sobre todo en materia económica, pero que son tímidamente seguidas por su sucesor Fernando Lugo. La falta de conocimiento político de Lugo provocó que en los dos años de mandato (asumió en el año 2008 y seguirá hasta el año 2013) no se haya podido concretar una sola reforma de las empresas públicas, no se haya podido implementar el Impuesto a la Renta Personal (IRP) y tampoco se haya podido reformar el sistema judicial.

Pero a pesar de todo esto, Paraguay tendrá un crecimiento económico récord este año (el Banco Central del Paraguay estima un crecimiento del PIB del 9%), la carne paraguaya es vendida a los mercados más competitivos (Chile, Brasil, Rusia, Egipto, entre otros), al igual que la soja. Es decir, a pesar de ciertos problemas, el paraguayo o el inversor en Paraguay se esfuerza por ofrecer productos de calidad.

¿Pero por qué a pesar de contar con buenos profesionales en medicina, en ingeniería, u otras carreras no se conoce al Paraguay? En parte tiene que ver con la muy escasa autoestima. Es normal que el paraguayo tienda a degradarse aún ante un cumplido. A pesar de tener conocimiento, el paraguayo opta por demostrar más con esfuerzo que con publicidad lo que vale.

Esta es una crítica que hacen muchos extranjeros que tienen empresas en Paraguay. Cuando buscan atraer a más inversionistas y asociarlos con empresarios locales, los paraguayos tienden a comentar solo los defectos del país y casi nunca las bondades.
Hoy, varias empresas de construcción paraguayas trabajan en Brasil, Bolivia y África con la solidez y eficiencia de cualquier empresa de primer mundo. Escritores como Rubén Bareiro Saguier o Guido Rodríguez Alcalá apenas son promocionados en el país, y casi nada afuera. Hay ingenieros trabajando en la NASA, cuya labor y nombres apenas son recordados.

El paraguayo teme autopromocionarse como si la fama fuera un mal que condena al infierno al que se atreva a publicar su capacidad, a menospreciar a compatriotas que sí lo hacen, y a exigir débilmente su derecho. El hecho de que la educación pública sea semi-gratuita no significa que se deba soportar que sea mala. No hay capacidad de organización para reclamar al Estado que destine más fondos a capacitar a la población en tecnología. 

Mientras los paraguayos no despierten de su letargo y comiencen a promocionar lo bueno que se hace en el país, seguiremos siendo noticia solo porque Larissa hizo un nuevo desnudo.

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