25/3/08

Relato de un héroe

Por Wendy Marton

El 28 de febrero de 1955 se da a conocer la noticia de que una tormenta en el mar Caribe hizo naufragar al destructor Caldas, de la marina de guerra de Colombia. La búsqueda de los náufragos se inicia de inmediato, pero al cabo de pocos días de esfuerzos inútiles los marineros perdidos son declarados oficialmente muertos.

Sin embargo, una semana después aparece uno de ellos. Es Luis Alejandro Velasco, que permaneció diez días, sin comer ni beber, en una balsa a la deriva. Así señala parte de la contratapa del libro que condensa una serie de reportajes publicados en el diario colombiano “El Espectador”, y que luego se convertirían en el libro Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez (Ed. DEBOLSILLO).

El encargado de narrar la verdadera historia del naufragio de Velasco fue el entonces joven periodista Gabriel García Márquez. Esta primera obra, según el relato de García Márquez en “Vivir para contarla”, debe ser leída más por la narración en sí que por quien la escribió, pues es una obra literaria interesante, vívida y real.

El libro consta de 14 relatos, que van narrando día a día el embarque del marinero Velasco en Mobile (Estados Unidos), el naufragio y el posterior rescate del marinero ya en una playa colombiana, hasta su llegada a la ciudad donde vivía su familia.
A través del relato se puede sentir la sed, el hambre, el miedo y la esperanza de Velasco. Pero más allá de eso, echa por tierra la versión oficial del naufragio a causa de una supuesta tormenta, y revela detalles no conocidos hasta el momento del por qué varios marineros murieron en el trayecto de regreso a Colombia. Entre los datos más llamativos, que provocaron que Velasco pase de héroe de guerra a traidor, se revela que el destructor transportaba electrodomésticos de contrabando cuando casi naufragó.

Años después de publicar la serie en el diario colombiano El Espectador, García Márquez reconoció que gran parte de la riqueza literaria del libro se la debía a Velasco, quien, desde que comenzó a detallar el naufragio, relató con maestría e ingenio únicos los diez días de naufragio.

Leer “Relato de un náufrago” es revivir los días que Velasco estuvo a la deriva en el mar. Pero también lleva a revivir momentos mágicos, de incertidumbre, sosiego, esperanza y posterior victoria a la muerte de un héroe de miles de colombianos.

Vivir para leerlo

Por Wendy Marton

«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla».

Con las disculpas para quien lea esto, “Vivir para contarla”, de Gabriel García Márquez (Ed. DE BOLSILLO, 2002), está escrito para dos tipos de gente. Para quienes aman los libros, y a través de las vivencias de Gabriel García Márquez pueden forjarse una idea de los libros que pueden y deben ser leídos, quizá en el mismo orden que él los va narrando; y para los periodistas.

Quienes abrazamos el oficio de comunicar, “el mejor oficio del mundo” según García Márquez, sentimos plena identificación con los relatos de juventud del reportero Gabito, quien después se convertiría en el ganador del Premio Nóbel.

En este libro de más de 500 páginas, García Márquez relata, de una manera vívida, su infancia y juventud, y el camino transitado para convertirse en escritor. Nacido en una familia de escasos recursos, y con diez hermanos que dependían de él tanto como su padre y su madre, García Márquez dejó de lado la “carga económica” de mantener a su familia y se decidió por sus sueños. Y tal vez fue la mejor decisión que pudo haber tomado en toda su vida.

Pero su pesar por su voluntad de dedicarse a la escritura, cuando su padre quería que fuese abogado, se nota en el relato que desarrolla en gran parte del libro sobre la vida que llevaban y llevan aún hoy parte de sus diez hermanos, principalmente, y en menor medida en su madre, figura clave de su vida y sus historias (después de su abuelo materno).

A través de “Vivir para contarla”, se cuentan detalles de cómo nacieron “El amor en los tiempos del Cólera” (a mi criterio su segunda mejor obra después de “Cien años de Soledad”); “Relato de un Naufrago”, “Crónica de una muerte Anunciada”; “Cien años de Soledad”; “La Hojarasca”, entre otros.

“Vivir para contarla” es un libro para disfrutar, para sentir y revivir todo lo que vivió García Márquez, pues cada etapa de su vida es relatada con una maestría única.
Para quienes deseen disfrutar de un paseo mágico por la vida de García Márquez, y adorarlo aún más de lo que lo adoran al leer sus libros, solo queda citar la frase de contratapa del libro, que reza:
«A los que un día le dirán: "Esto fuiste", "esto hiciste" o "esto imaginaste", Gabo se les adelanta y dice simplemente: soy, seré, imaginé. Esto recuerdo. Gracias por la memoria.» CARLOS FUENTES.