16/9/08

TORSOS Y LA DOBLE MORAL NORTEAMERICANA

Por Wendy Marton

La novela Torsos (John Peyton Cooke, Ed. Planeta), recrea la historia real de un asesinato en serie que sacudió a Cleveland (Estados Unidos), en la década del ’30. En la narración de Peyton Cooke, un imaginario asesino de doce o más víctimas comienza su cacería con Eddy, un hombre que no solo se prostituye sino también prostituye a otras personas, y se convierte en una atrapante novela policial, en la cual se dan a conocer hechos imaginarios mezclados con la historia relatada en los diarios de la década del ’30.

J. P. Cooke hace descripción escalofriante sobre la forma en que van apareciendo los cuerpos, mutilados en su mayoría, algunos sin cabeza e imposibles de ser identificados con la tecnología de esa época. Y aunque la policía tuvo pistas certeras sobre quién pudo haber sido el asesino, su condición económica y sus contactos hicieron que quede en libertad.

En la novela, se mezclan personajes imaginarios basados en los protagonistas reales, y se menciona una arista de lo que pudo haber sido el trabajo del famoso detective Eliot Ness, como Director de Seguridad de Cleveland, luego de haber ideado y participado en la captura del famoso Al Capone, y su retiro de la vida pública tras haber participado de un accidente automovilístico en 1942 por conducir alcoholizado.

Lo llamativo de la novela es que el relato es sobre la prostitución de hombres de esa época, con detalles que a veces pueden no gustar a todos los lectores, que eran contratados por otros hombres, empresarios, policías, trabajadores, entre otros.

Justamente en la historia relatada por Peyton Cooke, uno de los policías que investiga la serie de crímenes es también amante de uno de los que fueron asesinados y de otra víctima del denominado por los periódicos como el “
Asesino de los torsos”.

Si bien no soy amante de las novelas policiales, es importante mencionar que
Torsos atrapa por la narración impecable del autor no solo de los hechos sino sobre la conducta de los pobladores de Cleveland, y la doble moral norteamericana que aún hoy persiste.

Además reúne otro requisito. Como no puedo leer un libro sin saber quién es el asesino o el culpable de alguna acción, generalmente leo el final y después avanzo para ver cómo y por qué sucedieron los hechos, que para mí es también un aspecto importante. Este libro supo mantener en mí esa curiosidad hasta el final. Léalo, es interesante.

No hay comentarios.: